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martes, abril 23, 2024
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¿Cómo lidiar con una familia tóxica?

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Manipulaciones, desprecios, falsedades y chantajes son situaciones que pueden darse en el seno familiar. Y es que lidiar con una familia tóxica no es sencillo. Su mecanismo de actuación es similar al de una secta y, por lo general, saben qué estrategias aplicar para que sus miembros no escapen de su influencia.

Esos patrones conductuales destructivos se arraigan en tales microsistemas, afectando a todos sus componentes y dinámicas.

El mayor problema de los familiares disfuncionales es que rara vez se responsabilizan de sus actos. Instrumentalizan a los demás para reforzar sus necesidades. Es pertinente, por tanto, poner en práctica una serie de actuaciones que protejan el bienestar y, sobre todo, la salud mental. ¿Qué estrategias ayuda? Conócelas durante la lectura.

 

A menudo, un «te quiero» dicho por un familiar tóxico, esconde una intención manipulativa.

Claves para lidiar con una familia tóxica o disfuncional

Aunque términos «persona tóxica» o «familia tóxica» no tengan ninguna evidencia científica y respondan más bien a la «psicología pop» sus significados son entendibles por todos. Porque detrás de ellos lo que existe en realidad es una mala dinámica familiar y lo que de esta se desprende: manipulación psicológica, invalidación emocional y un maltrato que marca en los estratos mentales.

Hay un hecho que imprescindible de considerar. Crecer en un entorno tóxico o disfuncional es un factor de riesgo, no solo para la salud mental, también para las conductas delictivas. La Universidad de Ontario Occidental, en Canadá, realizó un estudio con el que destacó como las 4/5 partes de la población reclusa masculina de esta ciudad se crio en el seno de una familia con estas características.

¿Cómo afrontar estas situaciones? ¿Qué mecanismos desarrollar para protegerse? A continuación, son detallados.

            1. Entiende qué hay detrás de tu familia tóxica

Sabemos que la sangre no hace familia, pero hay figuras cercanas que emplean el vínculo para generar dolor emocional desde edades muy tempranas. Estas pueden tener distintas motivaciones e incluso padecer una condición mental.

En consulta se identifican con frecuencia trastornos de la personalidad, los cuales explicarían la dinámica familiar. Trabajos como el realizado por la doctora Liane J. Leedom, titulado El impacto de la psicopatía en la familia, describen esta posibilidad.

2. Limita el contacto

La primera medida que puedes tomar es limitar el contacto. No obstante, en ocasiones, es complicado. Para ello, valora en qué situaciones es imprescindible tu presencia en dicho entorno y en cuáles no. Prioriza, evitando ser blanco de sus estrategias deshonestas, como recurrir al victimismo echando en cara tu distanciamiento.

Ten siempre presentes las trampas manipulativas de un familiar disfuncional y deja claro cuándo y en qué contextos concretos acudirás con ellos.

3. Margen físico y emocional

Además de restringir el contacto con un entorno familiar dañino, conviene ejecutar otra decisión: establecer límites físicos y emocionales. Para ello, hay que argumentarlos con claridad y asertividad; apunta las siguientes recomendaciones:

  • Exígeles una comunicación respetuosa.
  • Aclárales qué conductas no puedes permitir.
  • Les informas que no estás dispuesto a ajustarte a sus mandatos y expectativas.
  • Los límites emocionales requieren que aprendas a expresar en voz alta un «no o no quiero que hagas esto» sin el peso de la culpa.
  • Recuerda que las personas tóxicas viven para invadir y sortear los límites ajenos. En este caso, les explicas que esto tendrá consecuencias (por ejemplo, el distanciamiento permanente).

Lo más importante a la hora de lidiar con familias disfuncionales es disponer de una buena red de apoyo externa.

4. No les confrontes, aplica la técnica de la «piedra gris»

Para lidiar con una familia tóxica entiende que no sirve de nada enfrentarla. Tienen un nivel de autoconciencia y responsabilidad emocional muy deficiente. En estos casos, es útil aplicar la técnica de la «piedra gris».

  • No participes en sus provocaciones: ignora.
  • Las interacciones con ellos serán breves y asertivas.
  • Demuestra indiferencia ante sus demandas y victimismos.
  • La interacción con la familia disfuncional debe ser neutral.
  • Al poner en marcha la técnica de la «piedra gris» es necesaria cierta distancia emocional, así como firmeza para mantener las decisiones tomadas.

5. Ten una red de apoyo cercana

Familia no es siempre la que toca cuando llegamos al mundo. Familia es la que se construye con figuras saludables, nutritivas y maduras emocionalmente. Si no te es posible distanciarte del todo de ese núcleo de figuras lesivas, es importante que cuentes siempre con una red apoyo cotidiana que entienda, te acompañe y refuerce tu autoestima

Procura no aislarte ni dejar que esa familia tóxica sea tu único escenario de socialización. Conoce y construye vínculos felices con personas que valen la pena y que no hieren.

6. Para lidiar con una familia tóxica, practica el desapego

El desapego es el proceso inverso a la vinculación, es decir, esa técnica que asienta una progresiva liberación emocional de lo que hace daño. Ahora bien, ¿cómo llevarlo a cabo? Estas serían algunas estrategias:

  • Deja de esperar validación o apoyo de tu familia.
  • Entiende que eres responsable de ti mismo; procura tu propio bienestar.
  • No des valor a lo que expresen. Busca otras fuentes para reforzar tu autoestima.
  • Reformula todos los mensajes que has interiorizado de tu familia. Sana los mensajes dañinos.

7. Piensa en el mañana y en la relación que quieres tener con ellos

¿Cómo te ves el día de mañana? ¿Qué papel/posición quieres que cumplan en tu vida dichas figuras? Para lidiar con una familia tóxica hay que clarificar muy bien qué tipo de relación quieres con ellos. Es algo que debes meditar y decidir lo antes posible. Para ello, solo caben estas tres opciones:

  • Desligarse por completo.
  • Continuar del mismo modo.
  • Establecer contactos puntuales.

8. Si tienes que verlos, planifica el encuentro

 

Quizás cueste mucho desvincularse por completo de figuras cercanas, porque son dependientes o saben cómo conseguir que no te distancies. En caso de tener que reunirse en determinados momentos con una familia tóxica o disfuncional, es recomendable planificar los aspectos listados enseguida:

  • ¿Cuánto durará el encuentro?
  • Dejar claro el tiempo que estarás ahí.
  • Qué dinámicas no tolerarás. En caso de sucederse, será motivo para suspender el encuentro/visita.

9. Pide ayuda psicológica: ellos no cambiarán

El efecto de una mala dinámica familiar sostenida en el tiempo es bastante erosivo. La autoestima se daña, la identidad se debilita y es posible internalizar creencias y esquemas de pensamientos nocivos. Son situaciones en las que es fácil arrastrar más de un trauma.

Considera siempre la posibilidad de solicitar ayuda especializadaTen presente que dichas personas difícilmente cambian; entonces, eres tú quien debe actuar. La terapia psicológica permite sanar esas heridas y precisar qué estrategias tomar en este tipo de situaciones.

 

 

En la mente de alguien tóxico o disfuncional no existe la autoconciencia o responsabilidad emocional. Son personas que no cambiarán.

Romper hilos adversos para lidiar con una familia tóxica

La familia, por la intensidad de la vinculación, cuando es tóxica no representa un entorno emocional que produzca clarividencia. Tal vez quieras alejarte, pero a la vez existen factores que te retengan. Unos factores quizás circunstanciales, aunque también el producto de un intento de manipulación deliberada.

Cuando es así, el agresor suele conocerte bien, siendo hábil a la hora de mover hilos para condicionar. Por ello, es tan útil disponer de una red de apoyo sólida y ajena a este escenario.

Romper con esos hilos adversos o manejarlos de otro modo, garantizará el bienestar mental. Anímate a practicarlo.

¿Cómo podemos defendernos?

No podemos cortar así porque sí una relación con un familiar. Son de nuestra sangre y es complicado. Si no quieres que te manipulen, defiéndete y pon límites. Informar de quién eres, cómo eres y lo que quieres no es ser egoísta, es ser sincera.

Para empezar, tener familiares tóxicos en nuestro círculo personal puede afectar a nuestra calidad de vida. Si por ejemplo tenemos un amigo manipulador y con tendencias egoístas e interesadas, siempre podemos romper esta amistad para encontrarnos mejor. Para disponer de nuestro necesario equilibrio e integridad.

Pero ¿qué pasa cuando la persona manipuladora es por ejemplo nuestra madre, nuestro hermano o incluso nuestro esposo? No es lo mismo y podemos entenderlo. No podemos cortar así porque sí una relación con un hermano, una madre o una suegra.

Familiares tóxicos, cuando la familia ahoga

Es algo complejo y duro porque conjuga muchas emociones y sentimientos. Son parte de nuestra sangre y es complicado romper un vínculo así como así.

No obstante, hay mucha gente que acaba haciéndolo por su propia salud. Hay ocasiones en que las relaciones se recrudecen. Entonces estos familiares tóxicos pueden llegar a atentar contra nuestro propio equilibrio emocional.

Un ejemplo de ello serían esos padres que no nos permiten elegir con libertad a nuestra pareja. Que nos recriminan nuestras amistades y nuestras relaciones. Todos tenemos derecho a equivocarnos, pero nunca pueden prohibirnos o sancionarnos.

Esta codependencia puede ser muy dolorosa, según afirma este estudio realizado por el Centro de Prevención del Alcoholismo y Tabaquismo de Madrid, y suele ser necesaria la práctica de la psicoterapia.

Pensemos por ejemplo en algunos hermanos, hermanas o primas que siempre están exigiéndonos cosas o echándonos en cara aspectos que nos dañan, que nos hieren. ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo actuamos? Te damos las claves.

1. Pon límites. Sabes lo que quieres y lo que no puedes permitir

Veamos primero un ejemplo. Vas a casa de los padres de tu pareja y te ponen para comer un plato muy picante. A ti no te gusta el picante y no te sienta bien. Sin embargo, por no llamar la atención y no ofender a nadie, prefieres guardar silencio y comerte el plato.

A partir de entonces, cada vez que vas a casa de tus suegros siguen poniéndote el mismo condimento. Hasta que de pronto, no tienes más remedio que decir en voz alta “que el picante no te sienta bien”. Lo más probable es que te respondan, ¿por qué no lo habías dicho antes?

Bien, es solo un simple ejemplo. Un modo de entender que debemos informar en todo momento lo que podemos y no podemos aceptar.

Si no puedes acompañar cada tarde a tu madre o tu hermana a comprar, hazlo saber. Si no te gusta que te digan cómo tienes que educar a tus hijos, dilo. Y si no quieres que te manipulen, defiéndete y pon límites.

Levanta la voz para informar sin sancionar. Para defenderte sin atacar. Habla siempre con respeto y el máximo cariño. No desees romper ningún vínculo, solo dar a conocer quién eres, cómo eres y lo que quieres. No es ser egoísta, es ser sincero.

La comunicación es fundamental para que no sucedan malentendidos. Este estudio elaborado por la Universidad de Camagüey (Cuba), hace hincapié en el valor de la forma y el contenido para establecer una comunicación empática y abierta con la familia (ya sean hijos, padres o familiares políticos).

2. Aprender a ser asertivos y evitar ser condescendientes

A veces no queremos hacer daño a nuestros familiares y nos guardamos muchas palabras. Padres o abuelos que se quejan de estar solos, cuando en realidad los atendemos siempre que podemos. O hermanos que nos pueden decir que no los apoyamos tal y como debiéramos.

Hemos de ser asertivos y, con respeto y cariño, les diremos siempre la verdad:

  • “Vengo siempre que puedo y sabes que siempre que necesites algo puedes llamarme”.
  • “Sabes que yo siempre te apoyaré en todo, pero no me pidas cosas que no puedo hacer. Ahora mismo yo también paso por una situación difícil y tienes que entenderme”.

Muestra siempre sinceridad y cercanía, pero di en voz alta la verdad de lo que sientes y necesitas. Comunica con firmeza y claridad lo que puedes hacer y lo que no. Evidencia que tú también tienes necesidades que deben ser respetadas.

3. Apoyo incondicional a la familia pero cuidando siempre nuestra integridad

La familia es siempre lo primero. Lo sabemos. Pero al igual que es lo más importante de nuestra vida, en ocasiones, si nos hacen daño también puede ser lo más destructivo de nuestras existencia.

Hay personas que han sufrido abusos o maltratos en su infancia. Mantener una relación de familia cordial con esos miembros nunca será posible, y eso queda claro.

Lo esencial, es que siempre cuides de tu autoestima, que seas una persona madura, equilibrada y con la necesidad de ser feliz día a día. Si alguien de tu familia te causa daño, lo mejor es establecer distancia y alejar ese vínculo para recuperar tu integridad y tranquilidad.

La autoestima es, según este estudio de la Universidad de Costa Rica, un factor relevante para nuestra vida y nuestra propia felicidad. Es algo que no debemos olvidar nunca.

Se necesita valor para identificar, reconocer los errores y sanar las heridas

Las familias deben fomentar la diferenciación y evitar los controles excesivos. La crítica, la queja, las posiciones inflexibles tornan irritables y tensas las situaciones y una atmósfera de insatisfacción se tiende sobre el núcleo familiar.

Las personas cariñosas y amables suelen ser menos demandantes y disfrutan compartiendo. Las tóxicas controlan, manipulan y transmiten negatividad y pesimismo. Son absorbentes e intolerantes. Envidian el bienestar de los demás, guardan rencor y no esperan ocasión para echar en cara defectos y errores en los demás.

Una persona tóxica acaso haya vivido experiencias nocivas, pero no todas las personas que han sufrido experiencias dolorosas terminan siendo tóxicas. De todos modos, siempre es posible aprender a conquistar la serenidad, contar con la comprensión de amigos y familiares sin dejar de considerar en casos graves el tratamiento psicológico.

No todos contamos con las herramientas emocionales propias para hacerle frente a los dramas internos, pero siempre será posible con buenas dosis de confianza y entusiasmo buscar la felicidad.

Como dice Laura Rojas, en su libro La familia: de relaciones tóxicas a relaciones sanas, “Afrontar la idea de que podamos ser personas tóxicas exige coraje. Para dejar de serlo y desarrollar la confianza en uno mismo primero se debe identificar el problema y aprender a tomar conciencia de los propios sentimientos y aceptar la propia historia“

Finalmente

Todos sabemos que las relaciones familiares nunca son fáciles, pero hemos de tratar de convivir en armonía. Si hay excesivas manipulaciones y un alto egoísmo por parte de sus miembros, debemos procurar que se establezca un trato justo, uno que permita disponer de espacio personal, para ser felices y evitar problemas.

 

El peso de las dinámicas familiares disfuncionales son heridas llevadas desde la infancia.
Las heridas causadas por una mala dinámica familiar son las que más tardan en sanar.
El mayor problema de los familiares disfuncionales es que rara vez se responsabilizan de sus actos
Sabemos que la sangre no hace familia, pero hay figuras cercanas que emplean el vínculo para generar dolor emocional desde edades muy tempranas
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