El presidente de la Cámara Venezolana de Editores, Julio Mazparrote, señaló que el año que está por terminar no cumplió con las expectativas, impactando negativamente a las imprentas del país debido a la circulación de obras «piratas».
«Vimos una disminución de las ventas. Estuvimos cerca de las cifras del año pasado, un poco por debajo. El tema que nos afectó fue la piratería. Hay personas que se dedican a la impresión de textos escolares de manera ilegal, o el mismo fotocopiado, que ha traído muchísimos problemas», indicó Mazparrote.
El dirigente gremial explicó que en 2023 se registró una recuperación salarial y un aumento en las ventas en los colegios privados, pero la competencia desleal complicó la situación.
Durante una entrevista con la periodista Vanessa Davies en el programa La Frecuencia de Hoy, transmitido por Unión Radio, Mazparrote aseguró que un 20% de la producción de libros en el país es pirata y de circulación ilegal.
Además, mencionó que otros factores que han afectado a las editoriales venezolanas incluyen la crisis económica del país y la significativa reducción en la impresión de textos escolares en Venezuela. Detalló que las escuelas públicas constituyen el 80% del mercado, pero no son abastecidas por las editoriales privadas.
«Al vernos obligados a reducir nuestros tirajes, se eleva el precio por unidad del texto escolar, lo que permite que el que imprime pirata pueda competir en el mercado», acotó Mazparrote.
A su juicio, si las editoriales privadas pudieran dotar de libros a los colegios públicos, esto aumentaría considerablemente los tirajes y disminuiría el precio de los libros. Subrayó que impulsar las editoriales privadas permitiría una movilización de la economía, argumentando que el texto escolar incluye no solo los libros de las respectivas materias, sino también libros de lectura, novelas y clásicos. Un plan lector conjunto entre el sector público y el privado fomentaría la lectura y favorecería al sector editorial.
Con información de UR