Nuestros dispositivos móviles, componentes esenciales de nuestra vida diaria, tienen acceso a nuestra información privada y capacidades de seguimiento potenciales. Para saber si nuestros móviles nos están escuchando, debemos entender primero cómo funciona la capacidad de escucha de estos dispositivos. Fernando Suárez, presidente del Consejo de Colegios en Ingeniería Informática, explica que existen dos tipos de aplicaciones que podrían estar escuchándonos. “En primer lugar, están los asistentes de voz como Siri y Alexa, que están programados para estar siempre atentos a nuestras órdenes de voz. En segundo lugar, las aplicaciones que descargamos también pueden tener la capacidad de escucharnos, dependiendo de los permisos que les proporcionamos”, detalla.
Según este experto, para asegurarnos de que no se está haciendo un uso indebido de nuestros datos (ni de nuestras conversaciones), el propietario de un móvil debe tener bien claro qué permisos se han concedido, tanto al sistema como a las aplicaciones instaladas. Estos permisos pueden incluir acceso a nuestros micrófonos y cámaras. Podemos comprobar y ajustar estos permisos en la configuración de privacidad de nuestro dispositivo móvil. “Es crucial revisar y, si es necesario, revocar los permisos otorgados a aplicaciones que no necesitan dichos accesos”, aconseja Suárez.
La siguiente cuestión es si estos dispositivos realmente nos espían. Según sostiene NordVPN, la respuesta es no. Al menos no en el sentido convencional. No existe una evidencia concluyente que sugiera que los teléfonos están grabando o escuchando nuestras conversaciones de manera constante. Sin embargo, nuestros dispositivos recopilan una cantidad significativa de datos sobre nosotros, incluso sin la necesidad de utilizar el micrófono. Los metadatos de nuestras actividades en Internet, que pueden abarcar desde nuestra ubicación, las páginas web que visitamos, hasta con quién interactuamos en las redes sociales, pueden revelar bastante sobre nuestras vidas.
¿Pero qué ocurre con las grabaciones de voz y los términos clave? “Las compañías suelen afirmar que no almacenan estos datos, pero admiten que los emplean para aprender y mejorar sus servicios. Por lo tanto, de alguna manera, nuestros dispositivos están aprendiendo de nosotros y adaptándose para entender mejor nuestras solicitudes”, concluye Suárez. La clave es que esta información sea totalmente anónima, es decir, que no se vincule con la cuenta del usuario. Google explica dentro del apartado de su política de privacidad que estas grabaciones y sus transcripciones se almacenan de forma cifrada, pero una pequeña porción de las mismas puede ser escuchada por humanos.
Los datos y la posibilidad de un espionaje
Esto no quiere decir que haya una persona escuchando todo lo que se habla delante del móvil, sino que, ocasionalmente (Google cifra los audios analizados en un 0,2% de los totales), un equipo de personas los escucha con el objeto de mejorar la comprensión del sistema. Esta información es anónima, no está vinculada a una persona en concreto.
Google desmiente con rotundidad a EL PAÍS que las grabaciones de audio puedan ser empleadas con otros fines: “Google no utiliza el sonido de fondo de ningún dispositivo para propósitos de publicidad”, confirman desde la firma tecnológica. La empresa californiana afirma que “la creencia de que los dispositivos nos escuchan [con el fin de mostrarnos publicidad] ha sido ampliamente desmentida”.
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