Por Álvaro Montenegro
Hoy en Venezuela
La última semana del año resultó más movida de lo esperado, por el anuncio que hizo Inglaterra de enviar un buque de guerra a Guyana. Una torpeza innecesaria, que contraviene el exhorto de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), emitido el primero de diciembre, que pide a las partes “abstenerse a realizar acciones que puedan agravar o extender la controversia ante la corte o hacerla más difícil de resolver”. Qué ganas de tentar al diablo, cuando Inglaterra fue la que originó este problema invadiendo, en el siglo XIX, territorios que no le pertenecían. Luego de muchas incursiones ilegales, protestadas hasta por Simón Bolívar y que llevaron al presidente Guzmán Blanco a romper relaciones diplomáticas, el 3 de octubre de 1899 Inglaterra logró, gracias a las influencias de la reina Victoria, que el Laudo Arbitral de París le asignara una gran porción del territorio venezolano con una línea fronteriza que no tenía ningún asidero legal. Venezuela protestó ese fallo desde su divulgación, porque los jueces no tomaron en consideración ningún argumento jurídico, sino político. El laudo fue un acomodo diplomático para favorecer a Inglaterra, fabricado por un tribunal que no tuvo a ningún venezolano en el jurado, y en el cual el juez presidente, muy vinculado a los ingleses y amigo personal de la reina Victoria, el ruso Federik de Martens, propuso una fórmula que a la posteridad no solucionó nada. Con ese laudo, Inglaterra logró gratuitamente el dominio de un territorio dos veces más grande que el comprado a los holandeses en 1814. Todos los gobiernos venezolanos han considerado ese laudo como nulo e írrito. Por eso se logró, en el año 1966, el Acuerdo de Ginebra firmado por Inglaterra, Venezuela y Guyana como colonia todavía, en el cual se establecieron varios mecanismos pacíficos para resolver la controversia limítrofe. ¿Qué es lo que busca el gobierno inglés y el guyanés desobedeciendo el mandato de la CIJ? ¿Encender la zona con otro conflicto armado? Ya es noticia la previsible reacción del gobierno venezolano, con maniobras militares en la zona. El gobierno guyanés se envalentona declarando que tiene muchos amigos que la defenderán. Se siente fuerte porque firmó, el 12 de enero de 2021, un acuerdo de cooperación con los Estados Unidos para que las tropas del Comando Sur patrullen la zona. La excusa fue de combatir el narcotráfico, la pesca ilegal y la trata de personas. El 8 de diciembre de 2023, en el marco de este acuerdo, hubo un “vuelo colaborativo” de aeronaves norteamericanas sobre el territorio. ¿Pero, será que los guyaneses no saben que el gobierno venezolano también tiene amigos? Y los amigos del gobierno venezolano son más escalofriantes que los de Guyana. ¿Se imaginan a Venezuela firmando un acuerdo de cooperación militar con Irán, por decir alguno, exacto al que firmó Guyana con Estados Unidos? Puede hacerlo cuando quiera, e Irán seguramente estaría muy contento. ¿Quieren ver en América a los buques iraníes con sus drones rozando a las fragatas inglesas, o a las patrulleras norteamericanas, en un mar que no ha sido delimitado? No sigan tentando al diablo, que ese aparece cuando menos lo esperamos. Increíble tanta torpeza.
Magallanes por fuera
Los Navegantes perdieron por paliza ante las Águilas del Zulia, y así quedaron eliminados en esta temporada de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Los Leones del Caracas y Cardenales de Lara son los favoritos para un Round Robin sin magallaneros. Será para la próxima.
Sabio
El origen de todos los males es la codicia. André Maurois, escritor francés. (1885 – 1967)
Estrellas con carácter
La muy atractiva actriz francesa Sophie Marceau, de 57 años, finaliza hoy la primera temporada de la obra teatral “La nota” con un éxito sorprendente. Todos los días de diciembre apareció la bella Sophie en el teatro “Bouffes Parisens”, sin ningún asiento vacío, junto al veterano actor François Berléand para recorrer los caminos de una pareja aburrida por muchos años de convivencia. Sophie declaró a la revista Paris Match del 28 de diciembre, que “la vulgaridad y la provocación siempre fueron su negocio”, refiriéndose al monstruo sagrado del cine francés Gérard Depardieu, hoy en problemas por su conducta. Filmaron juntos “Police” en 1985, cuando solo tenía 19 años. Después, “siempre rechacé hacer películas con él”. Su posición, tan singular, es lapidaria: “Hoy lo acusan de aquello, por lo cual antes lo alababan. No voy a tenderle la mano ni a enterrarlo. Me han pedido tanto que declare contra él por todos lados. Evidentemente, no lo he hecho” Bravo Sophie.
Hoy en el mundo
En Moscú, con ese frío tan intenso, pasó por debajo de la mesa el rechazo a la inscripción de la periodista Ekaterina Dountsova como candidata a la elección presidencial rusa que se llevará a cabo en marzo del 2024. Dountsova era la única rival de peso para Putin, quien no quiere soltar el poder que mantiene desde el año 2000. Como que 23 años, a la hora de mandar a los demás, son muy pocos. Si todo pasa como él quiere, se quedará en el Kremlin por lo menos hasta el 2030. En la misma Rusia, pero mucho más al norte, otro rival prohibido, el preso político Alexei Navalny, declaró que está bien en su nuevo lugar de reclusión. El círculo polar ártico como que es más cálido que Moscú. En el frente ucraniano, siguen unos 617.000 soldados rusos cuidando la invasión. Si el ejército de Ucrania se anotó un éxito militar destruyendo el buque ruso “Novotcherkassk”, en el puerto de Feodosia, bien lejos al sur de Crimea, ese mismo ejército fracasó porque tuvo que retirarse de la localidad de Marinka, a unos 20 kilómetros de Donetsk, para dejársela a los invasores. Como que va para largo esta situación, ideal para Rusia que conserva bajo su control la gran mayoría de los territorios invadidos. En Asia, la marina india se despliega en el mar arábigo con tres buques de guerra y un avión de reconocimiento, para evitar más ataques a buques civiles en la zona. Dicen que el último, ocurrido a 370 kilómetros de la costa india contra un barco de propiedad japonesa que llevaba carga química, fue con un dron que vino desde Irán. El barco atacado, llamado “Chem Pluto”, supuestamente estaba vinculado a Israel y viajaba desde Arabia Saudí hacia la India. No hubo víctimas en la ofensiva. Por los lados de Europa, la adhesión de Suecia a la Organización del Atlántico Norte (OTAN) ya tiene su camino abierto con luz verde por parte de Turquía, pero Hungría se hace esperar para dar su voto. Los dos “enfants terribles” de la Unión, el turco Recep Erdogan, y el húngaro Viktor Orbán, se hacen notar en todos los pasos que dan. Cada país de la Unión Europea tiene poder de vetar las nuevas incorporaciones. Por cierto, Erdogan sacó su estilo al preguntar públicamente: “¿Netanyahu ha hecho menos que Hitler? No. Él es más rico, y se beneficia del apoyo de occidente. ¿Qué hicieron los israelíes con todo ese apoyo? Matar a más de 20.000 gazatíes”. El presidente israelí, Benjamín Netanyahu, enseguida le contestó: “Erdogan, que comete un genocidio contra los kurdos y que ostenta el récord mundial de periodistas presos por oponerse a su régimen, es la última persona que nos puede predicar la moral”. Este toma y dame continuará. Por los lados de África, las horrorosas matanzas a cristianos no cesan. Al menos 198 muertos, entre ellos muchas mujeres, se contaron en el último ataque ocurrido en Nigeria el pasado fin de semana. Adicionalmente, un competidor norteamericano a la compañía privada militar rusa Warner, apareció en las calles de Bangui, capital de la República Centroafricana. Se trata de la empresa Bancroft Global, que negocia con el gobierno de ese país, mientras Warner, presente en la zona desde el año 2018, se reorganiza. Más muertes de personas inocentes vendrán a esa afligida región. En los Estados Unidos, el venerable diario The New York Times demandó a la empresa líder de Inteligencia Artificial, OpenAI, desarrolladora de ChatGPT, por utilizar sus artículos sin pagar los derechos de autor. Representantes del periódico aseguran que buscaron una solución amistosa con OpenAI, pero no la consiguieron. Y por allí mismo siguen las acciones legales para impedir que Donald Trump sea candidato presidencial, pero el hombre continúa como favorito en todas las encuestas. Melania, su esposa, fue bautizada por la revista francesa Paris Match como “La fuerza tranquila” de Trump. Con su “mirada de hielo”, suaviza el “fuego y el furor” de su marido. “Su discreción balancea el estilo volcánico” de Trump, asegura la revista en su edición de fin de año. La definen como una mujer pragmática, que cultiva amistades en todos lados. Señalan que en diciembre pronunció un discurso en los Archivos Nacionales de Washington, frente a 25 jóvenes inmigrantes en su juramentación como nuevos ciudadanos norteamericanos. También refieren que en el año 2018 visitó a niños inmigrantes ilegales separados de sus padres. Parece que recientemente renegoció su contrato de matrimonio de 18 años con el magnate, para obtener mejores condiciones. Esa es una mirada muy diferente a la que pinta a Melania como un bello objeto de decoración en el escenario del candidato. Y por aquí, en América del Sur, continúan las negociaciones entre la Unión Europea y Mercosur para lograr un tratado de libre comercio. Ya están más adelantadas que nunca. Son 20 años de acercamientos que se han visto ensombrecidos porque varios países, sobre todo Francia, exigen medidas de protección al medio ambiente antes de firmar. El brasileño Lula Da Silva se mueve como un peso pluma para lograr concretar el pacto. Y el subcontinente observa con detenimiento los efectos del deshielo entre Washington y Caracas, que continúa a paso de león. El presidente norteamericano, Joe Biden, declaró que ha tomado decisiones “extremadamente difíciles” para tratar de conseguir que en Venezuela se celebren unas elecciones presidenciales justas el año entrante.
Feliz año 2024
Este año pasó más rápido de lo que parecía, con operaciones terroristas que dejaron al mundo perplejo, invasiones armadas injustificables, guerras muy cruentas, y amenazas de conflagraciones peores. La lucha enfermiza por el poder, para someter a los demás, sigue cobrando víctimas inocentes en todos los rincones del planeta. Además, vimos con tristeza que este año los problemas raciales, la xenofobia, y la intolerancia religiosa crecieron alrededor del mundo. Son muestras visibles y dramáticas del ser humano como peor enemigo de su especie. Nos parecemos al sistema inmune de nuestro cuerpo, cuando se convierte en agresor y ataca a los tejidos sanos de nuestro organismo. También observamos con aflicción a miles de inmigrantes, entre ellos muchos venezolanos, lanzándose a una aventura tortuosa y muchas veces trágica, en busca de un futuro que no encuentran en su país. Toda emigración es producto de una necesidad, y esos peregrinos huyen de los malos gobiernos. Fíjense que son sabios en su sufrimiento, porque nunca se dirigen a países donde no hay libertad. No podemos decir que el 2023 fue un período sin problemas, y muchos de ellos parecen insalvables. Menos mal que ya se acaba el año viejo, y en horas llega el año nuevo. Por eso hay que renovar, como si fuera un rito atávico, las esperanzas de que en este 2024 veremos un mundo mejor. Roguemos, con todas las fuerzas de nuestros corazones, para que Dios ilumine y les otorgue sabiduría a los gobernantes y líderes del mundo, de manera que lo hagan mejor. Para que trabajen en función de los intereses de los ciudadanos, y no buscando su provecho personal o satisfaciendo sus apetencias individuales. Luce muy difícil, pero igual pidamos mucho por ellos, porque sus decisiones nos afectan a todos. Como en el 2024 habrá elecciones presidenciales en 76 países, que contienen al 51% de la población mundial, la esperanza es real y está abierta hacia nosotros. Que el 2024 nos traiga mejores gobernantes en todo el mundo. Votemos por los más idóneos. No nos equivoquemos más. A todos nos corresponde aportar nuestro granito de arena para conseguir un mundo mejor. Feliz Año nuevo, queridos lectores.
@montenegroalvaro
