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viernes, mayo 3, 2024
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The New York Times | La mujer que inventó el juego de Monopolio

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The New York Times

Cuando Charles Darrow, un vendedor desempleado en Filadelfia, se enteró de que un nuevo juego de mesa se estaba haciendo popular, pidió a sus amigos que escribieran a máquina las reglas y le ayudaran a mejorar el diseño gráfico. En 1933, registró los derechos de autor del juego, Monopoly, como un invento suyo y empezó a venderlo en jugueterías y grandes almacenes.

El juego, que consistía en comerciar con bienes inmuebles, llegaría a vender más de 275 millones de copias, se ha licenciado en cientos de ediciones derivadas y se ha convertido en parte del tejido de la vida estadounidense. También hizo millonario a Darrow. Pero el mérito de la idea no debería haber sido suyo. Más bien pertenecía a una mujer de Illinois con un currículum polifacético que incluía la escritura, la actuación, la ingeniería y el trabajo como taquígrafa: Lizzie Magie.

La premisa del juego de Magie, originalmente llamado The Landlord’s Game, resultaría familiar a cualquiera que haya jugado Monopoly: la gente mueve sus fichas por el perímetro de un tablero cuadrado, comprando propiedades inmobiliarias por el camino, que pueden utilizar para cobrar alquileres a otros jugadores. Magie patentó su invento en 1904 —el mismo día que los hermanos Wright presentaron una solicitud para su avión— y se publicó en 1906 a través de la Economic Game Company, de la que era propietaria.

En su solicitud de patente, Magie escribió: “Cada vez que un jugador da una vuelta alrededor del tablero se supone que ha realizado tanto trabajo sobre la Madre Tierra, por el que después de pasar el punto inicial recibe su salario, cien dólares”.

Magie diseñó el juego con dos tipos de reglas: una que recompensaba a los jugadores cuando los recursos se repartían a partes iguales, y otra en la que el ganador era el barón de la tierra que adquiría más riqueza. De cualquier modo, esperaba que los jugadores reflexionaran sobre los fundamentos de la sociedad capitalista.

 

Elizabeth Jones Magie nació el 9 de mayo de 1866 en Macomb, Illinois, en el seno de una familia de políticos. Según el libro de Mary Pilon de 2015, The Monopolists, su padre, James Magie, era un editor de periódicos abolicionista que informó sobre los debates Lincoln-Douglas de 1858. Su madre era Mary (Ritchie) Magie.

SEn diferentes momentos, Magie fue poeta; taquígrafa en la Oficina de Cartas Muertas, donde llegaba el correo que se consideraba imposible de entregar; actriz cómica; ingeniera que inventó y patentó un dispositivo que mejoraba el flujo de papel en las máquinas de escribir; y escritora de ficción. Su relato “The Theft of a Brain”, publicado en la revista femenina Godey’s, trataba de una escritora que alcanza el éxito tras liberar su potencial bajo hipnosis, solo para descubrir que su hipnotizador había plagiado su novela.

Magie concibió The Landlord’s Game como una herramienta ideológica: un juego que enseñaría a la gente los principios del economista político Henry George. El principio central del georgismo era que la gente debía quedarse con todo lo que ganaba, pero que el gobierno debía financiarse con un impuesto a los propietarios de bienes inmuebles, ya que la tierra pertenecía a todos. Una sociedad financiada por un impuesto único sobre la tierra, creía George, eliminaría tanto la pobreza de las clases bajas como los cárteles industriales.

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A photo of a board game showing a map, surrounded by pawns, fake money and the cover of the box, which features the words "The Landlord's Game" and a portrait of Lizzie Magie.
La premisa de The Landlord’s Game, que Magie patentó en 1904, resultaría familiar a cualquiera que haya jugado Monopoly.Credit…The Strong National Museum of Play

En las reglas de The Landlord’s Game, Magie explicaba cómo podían resolverse los posibles conflictos: “Si surge alguna emergencia que no esté contemplada en las reglas del juego, los jugadores deben resolver el asunto entre ellos; pero si un jugador se niega rotundamente a obedecer las reglas antes expuestas, debe ir a la cárcel y permanecer allí hasta que lance un doble o pague su multa”.

The Landlord’s Game no fue un éxito de taquilla, pero desarrolló focos de aficionados, entre ellos cuáqueros utópicos de Delaware y hermanos de fraternidad del Williams College de Massachusetts; el juego incluso se adaptó para el mercado británico con el nombre de Brer Fox an’ Brer Rabbit.

Tomado de The New York Times

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